La mano rota
Oskar Kokoschka, Pieta, 1909.
Paso a paso he instado a los dedos a que la levanten de su sueño. Ni siquiera con el insomnio, tarde, se le encienden las luces alborozas de la idea.
Se está secando, cual arbusto selvático en desierto: ya casi la sangre no circula en esa pobre mano.
¿Qué estará pasando con la mano? Es que unos hilitos invisibles mueven la mano desde más arriba, y ahora esos hilos están cortados, suspendidos momentáneamente-quien-sabe-hasta-cuando, idos a huelga hasta que el cerebro piense.
!HEY TÚ, SI NO TIENES NADA QUE DECIR: MEJOR NO ESCRIBAS!
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