AMOR POR LOS LIBROS


El ratón de biblioteca, 1850 - Carl Spitzweg
Carl Spitzweg, El ratón de biblioteca.
The Poor Poet, 1837 - Carl Spitzweg
 Carl Spitzweg, El poeta pobre.
Beniditos libros: que a veces elegimos, tal vez por intuición y al leerlos los meditamos, y después de un tiempo de terminarlos tal vez los retomamos: y así los vamos absorbiendo poco a poco. Que parte de su contenido se hospeda tan dentro de nosotros, que ya fundido con nuestra esencia comienzan a formar parte de nuestro "Acervo-Individual-Interno".
The musings of the solitary walker, 1926 - René Magritte
René Magritte, Las contemplaciones del caminante solitario.
Al leer un libro iniciamos una comunicación telepática con el producto de las conexiones cerebrales del autor: con la parte más pulida de su ser, sus pensamientos externados en la escritura: su Obra.
The eye like a strange balloon goes to infinity, 1882 - Odilon Redon
Odilon Redon, El ojo como un balón extraño que va hacia el infinito.
Ships in the stormy sea, 1866 - Iván Aivazovski
Iván Aivasovski, Barcos en una tormenta.
Leer nos hace emprender una travesía, nos subimos al Barco sin saber exactamente hacia donde seremos llevados, si aterrizaremos en puerto a salvo o donde hemos de naufragar (tal vez en el Pacífico o en el Océano Glaciar Ártico), pero algo sí es seguro: los grandes libros siempre nos llevan a algún lado; por eso hay que leer aquellos que pongan en marcha y movimiento el motor del pensamiento.
The Lady of Shalott, 1878 - John Atkinson Grimshaw
John Atkinson Grimshaw, La dama de Shalott.
Ya sea entre mundos fantásticos, escenarios de antaño, universos metafísicos o mitologías, al leer nos encaminamos hacia otras conciencias, hacia diversas perspectivas, modos de comprender la realidad y contemplar el mundo; nos deslizamos hacia profundidades internas y sentimientos, que de no ser comunicados por la poesía o el arte serían indecibles.
Hercules and the Hydra Lernaean, 1876 - Gustave Moreau
Gustave Moreau, Hercules y la Hidra del Lerna.
Ophelia, 1852 - John Everett Millais
John Everett Millais, Ofelia.
La lectura también nos ayuda a entablar comunión con nosotros mismos, ya que siempre en la literatura nos vemos reflejados cual si nos mirásemos en un espejo enorme, por eso nuestra colección de libros, de aquellos que hemos leído y nos han cautivado, se vuelven tan personales como nuestros pensamientos mismos. Y es que en nosotros hay algo de ellos; y es que en ellos también hay algo de nosotros que antes no sabíamos que había.
Abut - Remedios Varo 
Remedios Varo, Encuentro.
Abrir el cubo y encontrar la vida - Roberto Matta
Roberto Matta, Abrir el cubo y encontrar la vida.
Ojalá que los libros que compramos vinieran con tiempo incluido para leerlos, actualmente el poco con el que contamos es gastado más en cosas fútiles, banalidades virales y cuestiones de poca trascendencia, cuando bien podríamos inmiscuirnos más ratos, en algunos de los Cerebros más brillantes que han existido en el mundo.

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