Egon Schiele: el alma plasmada en el cuerpo*
Autorretrato, 1911.
Hombre desnudo sentado con la mano derecha
estirada, 1910.
Pieles negras, moradas, carcomidas, demacradas: como si
el alma humana, desnuda y lasciva se hubiese descubierto para el lente de
nuestras miradas.
El ser humano es imperfecto, asimétrico, dilacerado por
el tiempo, por la imposición de su existencia terrenal, por la carga de su “eterno”
presente. Por tanto el alma no es del color de la carne: matizada
con diversos tintes, saturada de diversas emociones y sentimientos emana
sonidos polifónicos, armoniza debido a su diversidad e imperfección.
Luchador, 1913.
El ser anhela, ansía, arde en deseo, se consume en su
propio fuego: eso lo debilita y enferma, lo tensa y lo malluga.
Autorretrato con jarrón negro y dedos estirados, 1912
Todavía no estamos terminados, las líneas aún no acaban
de plasmarse: somos una obra en perpetua construcción; el dibujo será firme si
somos bien guiados por quien mueve la mano. Hay que explorar allá más adentro…. mucho mucho más adentro….
La psique nos abre su lecho para que nos conozcamos, y seamos quienes verdaderamente somos: censurar la esencia es un delito, es asesinar vida en desarrollo.
Ermitaños, 1912.
*Egon Schiele fue un pintor expresionista cuya obra se compone principalmente de autorretratos en los que muestra cuerpos deformados, manchados y tensos: cargados de una sexualidad exacerbada; también pintó desnudos, generalmente de mujeres púberes, esto lo llevó a ser censurado e incluso arrestado, aunque eso no le impidió seguir creando de esa forma: "reprimir a un artista es un delito, significa asesinar vida en gestación" decía. Este año se cumplió un centenario de su muerte.
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